T-MEC resiste a la política arancelaria de Trump: el único tratado sin barreras generalizadas

En un entorno de creciente proteccionismo global, el presidente estadounidense Donald Trump ha mantenido el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) como el único de los acuerdos comerciales de su país con una apertura generalizada. A pesar de que la administración de Trump ha impuesto nuevos aranceles a la mayoría de los países con los que tiene tratados de libre comercio, el T-MEC sigue ofreciendo un acceso sin aranceles para casi todos los productos que cumplen con sus reglas de origen.
Un panorama de aranceles crecientes
Estados Unidos tiene vigentes 14 tratados de libre comercio con 20 naciones, entre las que se encuentran Australia, Chile, Corea del Sur y Perú. La reciente política comercial de Trump ha elevado las tasas arancelarias para la mayoría de estos socios. Por ejemplo, Costa Rica, Corea del Sur y Nicaragua enfrentan aranceles que van del 15% al 17%, mientras que países como Brunéi pagan hasta un 25%.
En este contexto, el T-MEC destaca por su relativa inmunidad. Las exportaciones mexicanas y canadienses que cumplen con las normas del tratado no pagan aranceles. Sin embargo, en caso de no cumplir, se enfrentan a un arancel del 25% en el caso de México y del 35% en el de Canadá. Esta distinción subraya la importancia estratégica que la Casa Blanca asigna a la relación con sus vecinos de Norteamérica.
La interdependencia regional como clave de la excepción
El experto Antonio Ortiz Mena, director general de AOM Advisors, ha ofrecido una perspectiva sobre esta situación, destacando la profunda interdependencia entre México y Estados Unidos. En una entrevista con CNN, Ortiz Mena explicó que la relación va más allá de la dependencia mexicana del mercado estadounidense. Subrayó que México es el principal socio comercial de Estados Unidos, un mercado crucial para las exportaciones agrícolas estadounidenses, incluyendo granos, carne de res, cerdo y pollo, que no pueden ser fácilmente redirigidos a otros mercados.
Un segundo factor es la cadena de suministro integrada, especialmente en el sector manufacturero, como en la industria automotriz. Ortiz Mena señaló que si Estados Unidos impusiera barreras a los productos mexicanos, se estaría perjudicando a sí mismo, ya que ambas economías producen conjuntamente una gran cantidad de bienes. Este modelo de producción compartida es significativamente diferente al que Estados Unidos mantiene con socios lejanos como Japón o Alemania, lo que podría explicar la postura de la administración Trump.
Finalmente, Ortiz Mena mencionó que la relación binacional se extiende a temas no comerciales, como la migración y el crimen organizado, en particular el tráfico de fentanilo. Si bien estos temas pueden ser utilizados como palanca de negociación, la necesidad de una cooperación mutua en seguridad y prosperidad hace que la imposición de aranceles sea una herramienta de doble filo.
Negociación y futuro incierto
Por su parte, el secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, ha abordado las conversaciones en curso con Estados Unidos, destacando que el enfoque ya no está en la ratificación del libre comercio, sino en resolver “puntos muy técnicos” relacionados con barreras no arancelarias. Esta declaración sugiere que, si bien el T-MEC parece seguro, las negociaciones continúan para resolver los detalles operativos.
En Canadá, el primer ministro Mark Carney expresó su descontento con la política arancelaria de Trump, pero reafirmó su compromiso con el T-MEC, al que calificó como “el único acuerdo de libre comercio de Estados Unidos que parece ofrecer cierta protección frente al nuevo régimen comercial de Trump”. La posición de Trump parece fundamentarse en la complejidad única de la frontera con México, lo que explica por qué ha tratado al T-MEC de manera diferente a otros acuerdos comerciales.
2 Comentarios
cero aranceles
No mas aranceles..