Una movilización ciudadana en contra de la gentrificación, impulsada por vecinos de las colonias Juárez, Roma, Condesa e Hipódromo, así como por activistas, finalizó con actos de vandalismo luego de que un grupo de encapuchados vestidos de negro interviniera. Estas personas realizaron pintas en el Foro Lindbergh y causaron daños en diversos establecimientos comerciales.
A pesar de los disturbios, las autoridades capitalinas no intervinieron para detener a los responsables. En respuesta a los hechos, el gobierno de la Ciudad de México emitió un llamado a la ciudadanía para evitar caer en discursos o conductas xenófobas.
